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Jorge Abbott señaló también que aumentará la evaluación externa para los actos del Ministerio Público y que los fiscales deberán ponerse como objetivo los delitos que más golpean a la gente.
El Mercurio
En su primera intervención pública, y ante el consejo consultivo de Fundación Paz Ciudadana, Jorge Abbott adelantó sus prioridades y metas para el ejercicio que comienza.
En un discurso con muchos pasajes críticos, estableció una serie de compromisos y metas claras respecto de los resultados de la persecución penal, que serán revisados por la ciudadanía una vez el año. También el cambio de objetivo para los fiscales, que deberán centrarse en los delitos que más golpean a la gente, como los robos.
Asistieron el intendente metropolitano, Claudio Orrego; el diputado Juan Antonio Coloma (UDI), miembro de la comisión de Seguridad Ciudadana, y de la Cámara Alta estuvo presente el senador Alberto Espina (RN).
También estaban el defensor nacional, Andrés Mahnke, y el director general de Investigaciones, Héctor Espinosa. El general director de Carabineros, Bruno Villalobos, envió un representante, el general Víctor Herrera Pintor, director de Orden y Seguridad. También asistieron fiscales regionales, fiscales adjuntos y miembros de la academia, entre otros.
“No tenemos muchas excusas”
La intervención de Abbott se caracterizó por una franca autocrítica de la gestión del Ministerio Público.
“Mi abuelita decía que las responsabilidades ajenas son muy llevaderas. Es muy fácil ver en los demás las responsabilidades que ellos tienen respecto de las políticas públicas. Y yo quisiera abordar nuestras propias responsabilidades en esta materia”, señaló al sincerar sus planteamientos.
Dijo que actualmente, después de 15 años de funcionamiento, la Fiscalía de Chile “es una institución robusta”. Añadió que “no tenemos mucha excusa para no hacer bien nuestro trabajo”, pues las gestiones de sus dos predecesores, Guillermo Piedrabuena y Sabas Chahuán, construyeron una organización que puede “enfrentar desafíos de mayor calidad, de mayor oportunidad respecto de los delitos que está llamada a conocer”.
Aseguró que el Ministerio Público no puede seguir evaluándose sobre la base del sistema antiguo, sino que debe plantearse “el mejoramiento continuo que requiere un sistema moderno, un sistema que cuenta con los recursos, y recursos que no son pocos y recursos que el Estado ha seguido incorporando a la institución persecutora”.
Indicó que es necesario abordar la brecha existente entre la victimización y el temor. “El Ministerio Público y las policías nos encontramos al debe respecto de los delitos contra la propiedad”, en especial aquellos con imputados desconocidos.
Es allí donde hay que profundizar cambios -afirmó-, pues “el delito flagrante es un delito de mera constatación. No requiere mayor sofisticación en la investigación”.
Hay que cambiar la relación con las policías -propuso-, y en eso los responsables son los fiscales.
También expresó como objetivo insertarse plenamente en el Estado y participar activamente en todas aquellas decisiones que apuntan a mejorar la seguridad pública. “Es fundamental que el Ministerio Público no sea un ente aislado. Históricamente, producto de la necesidad de instalar la autonomía del Ministerio Público, pasamos mucho tiempo viviendo aisladamente”.
Se comprometió también a abandonar las defensas corporativas que aparecen cuando hay críticas a la gestión institucional.
Los desafíos para el cambio
Jorge Abbott reseñó cuatro desafíos para avanzar en esos objetivos: la implementación del fortalecimiento institucional; la relación y la coordinación de las policías; la vinculación que las policías, y en particular los fiscales, deben tener con víctimas y testigos y la comunidad en general, y la transparencia y rendición de cuentas.
En lo primero, destacó el hecho de que el Ministerio Público también debe estar presente en el diseño de las políticas de prevención. Y la idea es que fiscales participen en todas las mesas de trabajo organizadas por el nivel central, gobiernos regionales y municipios.
Además, el objetivo es participar en el debate legislativo, cosa que ya se inició al integrarse el propio Jorge Abbott en un grupo de trabajo con el senador Espina, donde se concordaron 36 indicaciones a la agenda corta sobre delincuencia.
Con el aumento de fiscales -añadió- se podrá cambiar el paradigma de terminar las causas por el de esclarecer las causas. Se acabará la dependencia del parte policial, que a veces contiene información incompleta de lo ocurrido, y sobre la base de lo cual los fiscales tomaban decisiones para continuar investigando o archivar la causa, enviando una carta a la víctima.
En este sentido, reconoció también que “tenemos como Ministerio Público una tremenda deuda con las víctimas”, pues hasta ahora estas tenían importancia “en la medida en que eran funcionales para la persecución penal”.
“Hoy día el reclamo de las víctimas es tener acogida por parte del Ministerio Público, es ser escuchadas por el Ministerio Público. Y uno de los grandes errores del sistema, hasta ahora, ha sido no escuchar a las víctimas”.
Eso cambiará, dijo. “Vamos a tomar la información que nos entrega la policía y vamos a trabajar esa información junto con las policías y con las víctimas”.
Para mejorar el trabajo de Carabineros y la PDI, hace algunos días se entregó una cartilla de procedimientos para levantar información temprana en caso de robos. La idea es no perder ese antecedente valioso recogido en los primeros momentos de cometido el delito. Y evitar así que la víctima y el testigo deban concurrir otra vez a la fiscalía, lo que representa un costo enorme.
Ello debe ir acompañado de la participación del Ministerio Público en la formación y capacitación de los funcionarios policiales, lo que permitirá mejorar la interacción con los fiscales.
Rendición de cuentas
También admitió una deuda con la transparencia y la rendición de cuentas del Ministerio Público.
“Nuestro desafío es que la ciudadanía esté absolutamente enterada de la forma en que nosotros usamos los recursos y del resultado de nuestro quehacer. Porque debemos tener esta transparente relación con la comunidad de tal modo de tener retroalimentación con la comunidad”.
Para ello, cada año el fiscal nacional -o los fiscales regionales- deberán establecer metas concretas y políticas de persecución penal. Y al año siguiente deberán dar cuenta de sus resultados. “Ya las cuentas no van a ser sentarnos a hacer un discurso donde entregamos cifras unilateralmente, sin tener sistemas de medición que nos permitan dar cuenta de la efectividad o la inefectividad de nuestro quehacer”, advirtió.
Los fiscales deberán tener objetivos mayores de persecución penal y afrontar los delitos que más golpean y preocupan a la comunidad. “No sacamos nada con tener cientos de sentencias condenatorias, miles de sentencias condenatorias si esas sentencias condenatorias finalmente son producto de procedimientos monitorios, en los que hemos condenado a muchachos que están fumando marihuana en las plazas”, aseveró.
Puso especial énfasis en los delitos contra la propiedad, destacando aquellos que tienen imputado desconocido. “Para allá vamos a centrar nuestro quehacer, nuestra preocupación”, aseveró, y para ello van a trabajar muy unidos con la comunidad. Y serán los fiscales de foco, nueva figura establecida en el Plan de Fortalecimiento, los que tendrán esta tarea.
También se abordó la relación de los fiscales con los intervinientes, tanto abogados defensores como querellantes. “Un reclamo permanente de los intervinientes es la falta de comunicación con los fiscales”, planteó.
Para mejorar este contacto, dijo que están trabajando en la creación de la carpeta digital, para que los detalles de la investigación estén de manera permanente a disposición de los abogados “y terminar con esto de la tremenda dificultad que existe de tener acceso a una información que es esencial para el ejercicio del derecho de defensa tanto de víctimas como de los imputados”.
11 thoughts on “Nuevo fiscal nacional anuncia profundos cambios en la fiscalía y plena transparencia”