Lea artículo publicado por El Mercurio.
La ceremonia estuvo marcada por la inusual intervención del magistrado tras su juramento y por las palabras de bienvenida del presidente Sergio Muñoz.
Leslie Ayala C.
“Acabo de jurar por Dios y los Santos Evangelios, lo que para mí es todo”.
Con estas palabras el juez Carlos Cerda Fernández (70) dio inicio a una inusual intervención de un ministro que jura ante la Corte Suprema. Ayer se realizó su ceremonia de asunción como integrante del máximo tribunal del país, acompañado de sus pares, su familia, jueces y funcionarios del Poder Judicial.
Ante el salón pleno del Palacio de Tribunales, el magistrado -con casi 50 años de trayectoria judicial- expresó que juraba ante el pueblo de Chile, representado por los supremos, su familia, colegas “y, por supuesto, ante tantos que, dentro o fuera de esta sala, hoy se alegran de lo que consideran un logro de la democracia y el Poder Judicial”.
Acto seguido, el ministro Cerda -quien logró 30 votos en el Senado para integrar la Suprema tras ser propuesto por la Presidenta Michelle Bachelet- explicó que con ese acto “lo que he jurado es guardar la Constitución y la ley, guardarlas en su contenido, no en su continente, vivificarlas en la desafiante historicidad de cada caso, cuidarlas de lecturas de inmovilidad y fijeza, servirlas en sus fines trascendentes, de manifiesta humanidad”.
El juez Cerda llegó al máximo tribunal a ocupar la vacante dejada por el ministro Juan Araya.
La ceremonia de juramento estuvo también marcada por la alocución de bienvenida del presidente de la Suprema Sergio Muñoz, quien fue ayudante en la Universidad Diego Portales (UDP) cuando Cerda ejercía como director del Departamento de Derecho Procesal.
Muñoz destacó del nuevo supremo “la entereza con la cual ha defendido su independencia (…) bajo el postulado de que en un sistema constitucional de Derecho, como el nuestro, los jueces debemos resolver cada uno de los litigios considerando todo el sistema de fuentes del derecho y no solamente por medio de la aplicación literal de una de sus fuentes: la ley”.
“Puedo afirmar que es un hombre de Derecho que nació para ser juez, para entregarse a los demás impartiendo justicia, en quien incluso las sanciones lo enaltecen”, dijo el presidente de la Corte Suprema.
Tras media hora de abrazos y felicitaciones, el juez Cerda fue consultado si sentía que se habían cometido injusticias con él en años anteriores. “Personalmente no me he sentido postergado, lo que no quiere decir que no entienda que en una época en que la ciudadanía juzgó que el Poder Judicial no defendía real y eficazmente los derechos esenciales de las personas, no correspondía calificar mal por esa razón a uno de sus jueces, en ese caso Carlos Cerda”, dijo el nuevo ministro de la Suprema.
EL MINISTRO CARLOS CERDA LLEGA A LA SALA LABORAL.
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